En un rincón de San Ángel, rematando la cerrada de Diego Rivera, Esta casa habitación es un espacio que vive hacia su interior a través de una serie de espacios conectados por recorridos, cambios de dirección, vistas enmarcadas y patios el exterior que cambian de escala y de matiz, según el juego de luz a través del recorrido del sol.
El esquema general se basa en una composición a partir de un trazo inscrito en el terreno de forma irregular que se abre en función de la apertura de un patio y un espejo de agua donde giran los espacios habitables tratando de encontrar la esquina donde se aloja un descomunal fresno que remata la composición.
El monolito se aterriza a esta zona del pedregal con un basamento de recinto negro, la configuración austera basa su lenguaje mediante la manipulación de la masa para modelas las terrazas exteriores y las sustracciones elementales necesarias para desvelar la vida interior y capturar el paisaje aledaño.
Las zonas íntimas y sociales se articulan mediante andadores y desniveles a cubierto que se hacen exteriores por el contacto directo con el patio generando secuencias alternadas para tener privacidad absoluta en los espacios íntimos.
Se apuesta entonces por la experiencia sensitiva del espacio exterior que propicia el contacto físico con el paisaje para captar sensaciones táctiles, sonidos, colores y formas.