Formado por el Instituto de Rehabilitación, el Instituto de Ortopedia y el Instituto de Comunicación Humana, este centro nacional de carácter público aspira a constituirse en un remanso dentro de la ciudad, un refugio donde nacer, vivir, seguir viviendo y morir, dirigido dado su carácter público a la gente común tiene elementos para constituirse como un espacio servicial, amable y humano. La composición se organiza a base de formas de trazos rectos, radiales y curvos, giran en torno a un centro compositivo; este centro se resuelve como una gran plaza circular que es, al mismo tiempo, vestíbulo urbano que ordena el transito de los espacios públicos a los privados y vía de acceso a los edificios.
En el interior, colores vivos, muy cercanos a la esencia del espíritu mexicano, como el amarillo, el naranja y el rosa mexicano, crean una atmósfera cordial y alegre.
En el exterior, la cantera blanca, colocada artesanalmente, transmite al ambiente de hospital, habitualmente frió y sobrecogedor, un sentido mas familiar y humano.
El lenguaje arquitectónico, con cambios de altura, juegos de luz y sombra, paredes que se curvan y remates que abren perspectivas, se orienta hacia la búsqueda de la permanencia y la intemporalidad, no se apoya en elementos que formen parte de una moda efímera, al contrario, se propone como en edificio siempre actual, sin etiquetas ni modas.